Lo sabroso de un detalle es ver su efecto. Lindos, hermosos, no importa el momento. Lo material no vendría a ser la única opción, lo que no se toca, ni ve podría aplicar también porque son deliciosos.
Ver la expresión de alguien cuando aciertas con tu misión y es un punto perfecto para sentirse realizado. También cuenta cuando son detalles para ti, donde otros notan ese cambio de look, el uso de un color distinto, el estilo de hablar, la forma de caminar. Son pequeñas cositas que complementan el día a día. Diminutas características, no tangibles en algunos momentos pero cuando son regalos también causan el mismo efecto.
Es divertido intimidar con detalles. Que se sorprendan porque no tienen idea de cómo descubrimos eso. ¿De dónde sacamos el dato? Funciona buenísimo con las figuras públicas, porque le da valor a su trabajo.
Estoy segura que si existieran más personas pendientes de los detalles, el mundo sería distinto. Entonces, anímense a sorprender con detalles sólo por una simple satisfacción personal.