A quien no conozco

     





       Puedo jurar que quiero contagiarme de tu energía pero me contengo. Lo hago por la simple razón de no romper ese nailon entre tu mundo y el mío. 


Con el pasar de los años he visto como muchos rechazan a los violadores de espacio personal, que penetran la vida ajena sin preservativo alguno y engendran situaciones que terminarán en abortos.


Me niego a ser uno de ellos, que invade el territorio cual damnificado por derrumbe, sin permiso y compromiso, para sólo ser un estorbo en el espacio que alguien más debe ocupar.

      Aunque no lo niego, poco a poco mis acciones se pueden traducir como un constante e inocente acoso sin fines secundarios, se detienen con el freno de mano para no dejarme mal parada.

A pesar de obtener tan poco, termino conformándome con la limosna que me das al ser una pedigüeña de una atención permanente que no tendré, ni quiero -mentirosa-. Sé que si la cuestión fuera a la inversa, mi vida omitiera tu existencia cual antivirus a un troyano y automáticamente estarías borrado.

No es el caso porque, aún así, obtengo migajas de cariño con simbologías cursis que al final de cuentas no significan más que jeroglíficos absurdos inventados por una generación ausente pero presente al mismo tiempo.

La mayoría sentipensamos en colectivo e intentamos compartir un pedacito de vida. No es una condición, mas estamos sumidos al inframundo que tú ignoras por tener una vida diferente de la cual no tengo llave, ni clave, ni control pero toda la capacidad histriónica de conseguirlos.

Mentí. Sí te conozco, y mucho.