A quien no conozco

     





       Puedo jurar que quiero contagiarme de tu energía pero me contengo. Lo hago por la simple razón de no romper ese nailon entre tu mundo y el mío. 


Con el pasar de los años he visto como muchos rechazan a los violadores de espacio personal, que penetran la vida ajena sin preservativo alguno y engendran situaciones que terminarán en abortos.


Me niego a ser uno de ellos, que invade el territorio cual damnificado por derrumbe, sin permiso y compromiso, para sólo ser un estorbo en el espacio que alguien más debe ocupar.

      Aunque no lo niego, poco a poco mis acciones se pueden traducir como un constante e inocente acoso sin fines secundarios, se detienen con el freno de mano para no dejarme mal parada.

A pesar de obtener tan poco, termino conformándome con la limosna que me das al ser una pedigüeña de una atención permanente que no tendré, ni quiero -mentirosa-. Sé que si la cuestión fuera a la inversa, mi vida omitiera tu existencia cual antivirus a un troyano y automáticamente estarías borrado.

No es el caso porque, aún así, obtengo migajas de cariño con simbologías cursis que al final de cuentas no significan más que jeroglíficos absurdos inventados por una generación ausente pero presente al mismo tiempo.

La mayoría sentipensamos en colectivo e intentamos compartir un pedacito de vida. No es una condición, mas estamos sumidos al inframundo que tú ignoras por tener una vida diferente de la cual no tengo llave, ni clave, ni control pero toda la capacidad histriónica de conseguirlos.

Mentí. Sí te conozco, y mucho.



Interrogantes platónicas




¿Dónde estás? Me pregunto con frecuencia en esos tiempos cuando te extraño. Ese sentimiento de que quiero estar en tu compañía sin poder hacerlo me presiona una esquina de la vida.

¿Dónde te escondes? Nace en el instante cuando me cuestiono si estás ahí o es otra persona a quién también conozco pero no puedo abrazar. Tan distante, que aún fascinada al ver tu sonrisa en esplendor, al sumergirme en tu mirada y o derretirme por tu voz, nada pasa, nada sucede. Esa fuerza fugaz que derrumbe el muro invisible entre los dos.

¿Cuándo te veré? Me obligo a darle respuesta obligatoria a ésta en particular. Aunque me encantaría que fuese retórica, lamentablemente no lo es. Insisto, sí. Creo que más de lo que debería o te agrade. Sólo con la idea de que al verte no hayan distancias, como a veces pasa

¿Eres de verdad? Esta la hago poco y a solas. Es muy romántica como para tan si quiera pronunciarla. Y es en esos micro momentos, cuando tú eres tú, te acurrucas en mis hombros mostrado necesidad de cariño, que simplemente me hace dudar si es real o sólo fui yo quien se inventó todo.

¿Me quieres? Puntualmente ésta es tan novelera que jamás imaginé pudiese esperar una respuesta si llegase a hacerla. Por eso la borro. La execro al olvido para que nunca más aparezca. Temo que si yo pude crearla en mi mente, es porque sí lo siento. Me da miedo. Un miedo que prefiero evadir por el momento.

Estuve casada con un "Chivo"

     Oficialmente tengo un año que firmé “la separación de cuerpos” (porque la palabra “renuncia” está ausente en mi diccionario) para poner en práctica lo aprendido en la Universidad del Periodismo con sede en La Castellana.

     Hoy, conservo mi “cuerdita” (lanyard) con el carnet. Es como el anillo de diamantes. Tiene un peso cuando te la cuelgas al cuello que no puedes imaginarlo.  Abre puertas que ni pensabas cruzar y pinta sonrisas de cooperación hasta del más antipático.

     Estuve casada con un “chivo” de este país, al menos así me sentía cada vez que me presentaba “Mucho gusto, Isaelia de Unión Radio”. Vivíamos –casi, casi- en rinconcito que se robó mi corazón en cinco partes y media (con IVC). En una oficina de servicio, donde se planifica cómo conquistar al mundo con creatividad. Yo, la pichón de comunicador social, aprendí desde cómo usar un exacto (cuter) hasta Ctl+C En .PSD (crop) Fue un matrimonio de cuatro años. De mucho talento y #ModoFarandi.  

     Soñaba con pertenecer al gran Circuito radial desde mis días en un pupitre. ¿Y quién no? Si cuando estudias Periodismo, aprendes que los grandes Titanes están en Unión Radio Noticias, Éxitos, LA MEGA, Onda La superestación y Deportes UR. Así lo siento, así lo viví. Nombres anónimos que cuentan sus “historias de pasillo” con el deslave de Vargas,  las presidenciales de Chavez e incluso su muerte.

     Ellos, quienes están tras micrófonos y consolas – un día fuimos “nosotros”-  sienten la radio y las noticias de una manera distinta. Ejemplos a seguir. Tremendos maestros.  Son una hermosa familia.
Hoy, escucho los programas –una costumbre de rutina- y sonrió. Porque ahí está “mi amor” mi sangre naranja como el gramófono que muchos osan llamar “cornetica”.


     Sobran los cuentos, las anécdotas y los nombres. Lo celebro con orgullo y extiendo mis felicitaciones para quien tenga el supremo privilegio de contar su historia de casado con un GRANDE!

Ángel y Demonio




-Shuuuuu ¡no lo intentes!
-¿Qué?
-¡Volar!
-No haré ruido
-Y si sueltas una pluma y la despiertas?
-Están pegadas, cuidado tú y la quemas
-Mira está sonriendo
-Seguro tiene un sueño con alguien
-No lo creo, no la dejo
-Desde cuándo te hace caso a ti?
-Ultimamente cree más en sus miedos
-Eso se le quitará con un poco de aliento
-¿Siguen regalando esperanza por tu pueblo?
-La sembramos, de ellos depende que crezca
-Shhuuuuu ¡se mueve, se mueve!
-Espero que esa sonrisa tenga nombre
-¡Qué cursi eres! Lamento bajarte de tu nube
-Hablaré con Cupido mañana
-Un bebé en pañales?
-Tiene puntería
-Ella ha tenido tan mala suerte, capaz le pincha un ojo
-¡Qué optimista! ¿Qué sugieres?
-Dejarla tranquilita, junto a mi
-¡Imposible! La haré cuidase
-¿Y te pintarás de negro como el poema?
-No será necesario, ella sabe que soy su dulce compañía
-Eso me deja a mí en agonía
-Tu trabajo es caso perdido
-Soy quien le pone sentido
-No es ingenua, sabe lo que quiere
-Lo sé, sólo le doy un poco de picardía a lo que tiene
-¿Y si hacemos un trato?
-¿Qué propones?
-Yo un nombre, tú un plan
-¿Y si él no cae?
-Tú problema, no el mío.
-Por favor, que no sea ningún amigo
-Ya nos mudamos ¿Te enteraste?
-Carne fresca ¡Qué derrape!
-Santo pecado lo que has dicho
-Me ahogaré en la pailas del infierno
-Ahórrate la ironía, extraño bicho
-Sin insultos traga plumas
-Eres un caso perdido
-¡Anda a volar!
-Que te queme una llama
-Shuuuuu, nos vemos la próxima semana
-Una pluma para el recuerdo
-Hasta el próximo insomnio.-



¿Te sirve de algo?






Será la cura para que la cicatriz de un "te extraño" finja ser sutil en medio de dolor. Una forma de atenuar las risas apagadas por un triste sentimiento ¿Volver? ¿Regresar? Si fuesen pasos de distancia quizás, sólo que las millas son más que tierrita de por medio. 

No hay muchas palabras que escribir, porque no serán quemadas. En Tengo ganas de ti, decían que si tienes una historia inconclusa en tu pasado, un círculo sin cerrar, un desnivel en el equilibrio de tu presente: escríbelo y échalo al fuego. El viento se encargará del resto ¿Te sirve de algo? Creo que empezaré a escribir.







101 cosas qué hacer en Caracas antes de morir (O de mudarse jajaja)

He guardado esta lista por mucho tiempo, la comparto en mi blog, confieso que ido tachando, pero esta ciudad se mueve demasiado rápido para llevarle el ritmo al paso. Enjoy it!


¿Qué opina?
1. Subir al teleférico y admirar desde arriba a Caracas. (Lo hice y fue mágico)
2. Comer de madrugada una arepa o un perro caliente. (Trabajando más que rumbeando)
3. Subir por Sabas Nieves. (me eché como una hora, mis amigos son pacientes)
4. Montarse en un mototaxi. (espero nunca poner esta en bold)
5. Descubrir los jardines del Centro de Arte La Estancia. Y si hace yoga, mejor. (Voy seguido, sin hacer yoga)
6. Visitar el Club Social Chino (El Bosque) un domingo y desayunar al estilo oriental (ver dumplins me hacen llorar. Corto de Disney)
7. Almorzar peruano en Colegio de Ingenieros un domingo (conocí a alguien que lo hacía)
8. Tomar el metro en hora pico. Y si hace la transferencia en Capitolio, mejor.
9. Hacer mercado en Quinta Crespo.
10. Subir a El Calvario y tomarse un café con vista a Caracas.
11. Visitar la Casa de Estudio de la Historia Lorenzo Mendoza (Veroes a Jesuitas, Bulevar Panteón).
12. Ir a conocer el Museo Sacro (Metro Capitolio)
13. Caminar por el Parque de Este (y por el Parque de La Carlota, una hermosura).
14. Recorrer el bulevar de Sabana Grande (media hora, escuchando LA MEGA).
15. Ver el espectáculo de luces de la fuente de Plaza Venezuela.
16. Visitar el pueblo de El Hatillo y entrar a la tienda Hannsi (Sola, contigo, con amigos)
17. Comer en Los Nuevos Chinos de la Av Baralt (pida mejor para llevar).
18. Contemplar la Plaza Altamira (hasta desayunar ahí, en un banquito).
19. Tomarse un trago en la terraza del rest 360 en Altamira (Hotel Altamira Suite)
20. Visitar la Ciudad Universitaria.
21. Ir a un concierto en el aula magna de la UCV para ver las nubes de Calder.
22. Ir a ver la obra de Arturo Michelena “Miranda en la Carraca” en la Galería de Arte Nacional (Perfecto, hasta intenté tocarla. No se debe).
23. Tomarse una foto en la plaza del Alba Caracas con la avenida Bolívar de fondo y las torres de El Silencio
24. Volver a la infancia en el Museo de Los Niños.
25. Caminar un domingo en La Cota Mil.
26. Conocer la Mezquita de Quebrada Honda.
27. Subir en MetroCable a San Agustín.
28. Comprar libros en el puente de Las Fuerzas Armadas. (Puesto 78, sr Gustavo)
29. Comer en la Calle del Hambre de Baruta.
30. Ir a bailar salsa a “El Maní es así”. (Lo cerraron y no bailo salsa) Cambiémoslo por Rosalinda
31. Conocer el Centro de Arte Los Galpones (Av. Avila con 8a Trans. de Los Chorros. Metro Parque del Este o Los Dos Caminos)
32.Disfrutar de un concierto a cielo abierto en el CC Sambil (Gustavo Elis, y me gustó)
33.Comer cachapas en La Unión (aunque odié la atención de ese lugar)
34.Montar bicicletas por los jardines de la Universidad Simón Bolívar
35.Caminar o patinar por Los Próceres. (CVon La Priiii, esto es un básico)
36.Ir a un juego Caracas-Magallanes en el estadio universitario.
37.Recorrer las iglesias del Centro. Sobre todo en Semana Santa.
38.Tomarse una foto con la estatua ecuestre de fondo en la Plaza Bolívar
39.Conocer el Jardín Botánico.
40.Recorrer el Parque Los Caobos (aunque está deteriorado) y si coincide con un concierto mejor aún.
41.Pasear por Bellas Artes y visitar el Teatro Teresa Carreño, el Museo de Arte Contemporáneo, la Galería de Arte Nacional y el Museo de Ciencias Naturales.
42.Ser parte de “Por el Medio de la Calle”. (hasta he trabajado con LA MEGA ahí, Brutaal)
43.Ver a los patineteros haciendo piruetas en el parque extremo de Chacao o el de Los Dos Caminos. (casi me llevan por el medio jajaja)
44.Participar en alguna carrera que te permita caminar libremente por la autopista.
45.Ir a algún mercado de diseño. Sea en el Mercado Municipal de Chacao o en la Plaza Alfredo Sadel. (Hubo muchos cuando llegué, me encantaban)
46.Admirar lo bella que se ve la escultura Esfera Caracas de Jesús Soto en horas de la noche.
47.Comerse un profiterol de chocolate la pastelería Mozart (Concresa o CCCT) (Esto ya es adictivo)
48.Irse de tascas a La Candelaria.
49.Pasar una noche en el hotel “Aladdin”
50.Ir al teatro. Sea en Trasnocho, Paseo El Hatillo, Teatro 8. (Me falta Teatro Escena 8)
51.Ir a la Feria del Ateneo en diciembre. (La quitaron, pero fui a la misma en Altamira)
52.Bajar a La Guaira a darse un baño de mar.
53.Subir a Galipán. Comer sandwich de pernil, fresas con crema (Te lo tengo, de los mejores lugares)
54.Ver de lejos El Capitolio. (No digo de cerca porque dudo que le dejen entrar)
55.Visitar el Panteón Nacional (es impresionante que un lugar así exita en Sin City).
56.Tomar cervezas en El León (no tomé cervezas pero comí tequeños, eso sirve)
57.Pasear por el casco de Chacao (afortunadamente ya me lo conozco completo)
58.Conocer el Casco Histórico de Petare.
59.Ver jugar a La Vinotinto.
60.Tomarse un café en El Gran Café de Sabana Grande (el lugar es distinto ahora, siguen los abuelos, eso sí)
61.Subir a Los Teques por un buen golfeado con queso.
62.Acampar en El Ávila.
63.Visitar el Parque Los Chorros (me falta ver películas de noche)
64.Comer en la Hermandad Gallega (es muy difícil que cumpla este jajaja).
65.Tomarse un chocolate caliente en Kakaos de Paseo Las Mercedes. (Listo. y llevé hasta a un turista. Quedó impactado con el costo)
66.Desayunar en el Hornito Andino (Segunda Transversal de Campo Alegre. Diagonal a la Clínica Sanatrix)
67.Tratar de tomarle una foto a la estatua de María Lionza y al mural de Zapata.
68.Ir a comer a La Cuadra Gastronómica de Los Palos Grandes (6ta transversal entre 3ra y 4ta avenida) (Ya me canso y reincido jajaaja)
69. Curucutear en algún mercado de las pulgas.
70.Meterse con los chamos a mojarse en los chorritos de la Plaza Los Palos Grandes. (no dejan a los adultos, pero los chamos son felices)
71.Escuchar los cuentacuentos del Banco del Libro.
72.Quedarse dormido en los jardínes de “Tierra de Nadie” en la UCV (esto creo que no se cumplirá)
73.Capturar en fotos al personaje del Ula Ula que se ubica en las tardes por la Plaza La Candelaria. O al del camión de muñecas.
74.Escuchar el sonido de El Amolador (es nacional, pero en el centro hay algunos)
75.Lanzarse una rumba intensa en Greenwich (Av. José Luis Sosa, Edificio Marvin. Altamira) (Ese lugar es muy, muy particular)
76.Vacilarse una noche de Stand Comedy en Teatro Bar (Calle Orinoco. Las Mercedes) (Ahí o en el Teatrex de El Bosque)
77.Ir a un “TweetTeq” (reunión de tuiteros) en el Hard Rock Café. (esto ya no lo hacen o sí?)
78.Pasar una tarde en el Parque Boyacá (Calle Boyacá, El Rosal). Y sentarse a leer en su anfiteatro.
79.Descubrir las piezas de artísticas urbanos como Ergo, Fe, entre otros.
80.Merodear por un mercado de antigüedades.
81.Tomar chicha abajo del reloj de la UCV.
82. Vivir la experiencia de ir en tren hasta los Valles del Tuy. (Dice que es TODA una aventura)
83.Ir a comprar ropa en El Cementerio, Mercado de Guaicaipuro.
84.Pegarse a una de las tardes de juego de los chicos de Ser Urbano.
85.Comerse una crepes en Café Noisette ( Av. Principal de La Carlota)
86.Ver contonear el cuerpo a los diferentes grupos de baile de la UCV en los pasillos del Aula Magna los fines de semana. (No recuerdo cómo fui a dar ahí)
87.Ir a una función de cine porno en el Cine Urdaneta. (Esto ya no existe)
88.Tomarse un 3 en 1 en Sabas Nieves. (Cuando vuelva a subir)
89.Recorrer la cuadra de Las Novias en el Centro.
90.Visitar el mirador de La Cota Mil.
91.Buscar un libro en la biblioteca de Los Palos Grandes.
92.Comer los tacos de Santa Sofía.
93.Saborear los postres que se venden frente a la Plaza Bolívar de El Hatillo. (esto sí, y con frecuencia)
94.Ir a desayunar a la Feria de Los Palos Grandes (sólo los sábados, cuando hago mercado).
95.Tomarse una cocada en La Guairita.
96.Ir a un concierto en La Hacienda La Vega.
97. Rumbear en el C.C. San Ignacio o Las Mercedes. (después de la rumbas que hacíamos en la radio)
98.Tomarse una bebida afrodisíaca en el puesto de la Avenida Bolívar.
99.Intercambiar libros en las plazas con los chicos de ReLectura
100.Ir a escalar a las Cuevas de El Indio.
101.Hacerlo todo de nuevo, e invitar a sus amigos.

Reencuentro con las rotativas

     Las mariposas en el estómago son ciertas. Ellas aparecen como manifestación de tu cerebro cuando estás feliz. El aleteo que provocan te hace sonreír y sólo sucede al estar presente ante un amor.

     De ese que te flechó hace años, te hace levitar con cada paso y tú te sabes diferente pero más nadie lo nota, si tienes suerte. Déjame contarte cómo fue mi reencuentro efímero con mi eterno amor: Las Rotativas.

  La idea de visitar el diario EL UNIVERSAL (periodista venezolano sabe que esa marca va en mayúsculas) me despertó el sentimiento guardado por un lugar en mi corazón, que de vez en mes visito. Las salas de redacción me sedujeron en mi época de estudiante y desde un pupitre me imaginaba corriendo entre cubículos súper decorados (típico de los reporteros) con hojas volando y teléfonos repicando. Tuve -por poquísimo tiempo- la experiencia de disfrutarlo-aborrecerlo y aprender de ello.

     Cuando surgió la encomienda, pensaba que sólo llegaría a una fría recepción con un inmenso logo amarillo y negro, propio del medio en cuestión. Que apenas me harían firmar una simple planilla y sólo tendría chance de ver a los periodistas pasar con sus preocupaciones anotadas en la libreta. A Dios gracias, no fue así.

El momento del encuentro

     Estar en el centro de Caracas fue parte de la aventura de conocer a mi enamorado. La Torre EL UNIVERSAL queda en la avenida Urdaneta, justo en La Candelaria. La esquina de Ánimas es dónde se levantó el edificio del periódico desde 1969 - que en 1971 obtuvo un Premio Nacional de Arquitectura-, luego de haberse mudado por tercera vez tras su fundación en 1909 -sí, 105 años, buena la cuenta- Allí, en ese sector, se conoce la capital. En esa zona está la idiosincrasia del venezolano pegada en las paredes de grandes edificios detenidos en el tiempo. Me encanta ir...de turista solamente.

     Me anuncié en vigilancia y todo lucía un poco más lujoso de lo que pensé, un cariñito para darte la bienvenida como huésped temporal (el ascensor HABLA y tiene granito pulido) Subí al nivel U2 y encontré la puerta al área donde escribe la historia de un país en uno de los matutinos de mayor tiraje en Venezuela. 

     Había una reunión de pauta. Los periodistas debatían el titular de la primera (por favor no le digan portada): el "díadía" versus el fallecimiento de Pedro León Zapata, caricaturista de profesión y muchas otras comas por su haber. De esas eminencias que se lamentan al decirles adiós pero a sus 85 años y bajo sus condiciones de salud, tocaba un descanso eterno. Su nombre se escribió con pluma permanente en varios colores de los murales y cuadros a nivel nacional e internacional. Mi cercanía con él sería por años de ser radioescucha de su programa Divagancias y tener el privilegio de trabajar para la radio donde se produjo y transmitió -hoy con Laureano y Miguel Delgado al micrófono-.

     Sólo pude rastrear mi alrededor unos minutos mientras ubicaban a la persona que me apoyaría. Muchos libros, maquetas de impresos antiguos están pegados en los vidrios de ciertas oficinas y  me llamó mucho la atención los cubículos sin división. Todos se ven las pantallas de las computadoras y la privacidad se convierte en una herramienta transparente para darle paso a un espacio familiar, donde da la idea de trabajo en equipo. 

     Quería quedarme. Sí, quería - por pocos segundos- tener la propiedad de posar mis cosas en un escritorio de esos y pasar con derecho a la reunión. Se respiraba noticia. Es un ambiente donde se ensamblan los sucesos del día para plasmarlos en cajas de texto que irán a tinta y encenderán las rotativas a millón. Un proceso emocionante...y "cansón". Que te llega a encapsular en una relación amor-odio, porque la rutina también visita a las salas de redacción.

     Entregué el pedido, se acabó la visita y salí. Fueron los siete minutos mejor aprovechados del día. Me sentí estudiante-pasante-profesional a la vez. Válido para un lugar común, que mi profe de Periodismo Avanzado: Fabricio Ojeda, sugeriría evitar pero ¡Que tanto! Estaba "como pez en el agua". Algo así como conejo en una huerta de zanahorias o mosquito en playa nudista. 

     Y me despedí. Me fui con mi carnecito de visitante N°62. Pasando por debajo de la mesa sin pena ni gloria. Reflexionando sobre el momento en el mismo ascensor parlante, vi el cuarto de rotativas y le lancé besitos con la mirada. Según esas máquinas pueden editar 144 páginas y lanzar 70 mil ejemplares por hora (sí, me lo chismió Wiki) Cero fotos del lugar, más de las que se guardaron en mi mente y algunas simples de la entrada por mantener la "seguridad". 

     Para calmar mi despecho periodístico por huirle a "patear calle", leeré el libro de Eduardo Rodríguez Giolitti "Mi vida en el medios: la emoción de comunicar". Ahí ahogaré una pena interna por "darle un tiempo" a mi relación con ese eterno amor. Cambié la dirección de camino que conducía hacia hablar de asuntos de interés social, pelear por la justicia en el país de Alicia y tener la noticia de primera mano por ser un Agente del Cambio. Porque un día decidí que podía hacer un periodismo feliz, unas noticias alegres y vivir en contra de un sistema económico.

     Sé que le debo agradecimiento a mi carrera, pero también estoy consciente de que hay amores "eternos e inolvidables", como cita la reina Rocío, que jamás dejarán tu corazón aun cuando debas dejarlos atrás para evolucionar. El camino por el mundo de la Comunicación Social, en mi caso como el de muchos, va más dirigido a revolucionar las mentes desde los espacios masivos para invitarlos a crear una mejor versión de ellos ¿Se puede? Creo que algo así se preguntaría Steve y hoy por hoy la respuesta es tácita.








¿Realmente estás haciendo lo que quieres?

     

   "Además de tener un empleo, es importante tener un propósito que pueda ser llevado a adelante de distintas maneras a la vez. Movilidad, espacios de trabajo compartidos. Home-office y la posibilidad de administración sus propios honorarios, hacen que el trabajo esté siempre presente en cualquier momento en todos los lugares.

      Por este motivo, personas con distintos estilos, tienen más libertad para ejercitar sus talentos y hasta los más introvertidos, pueden invertir sus ideas en negocios millonarios.

   Sí, puedes quedarte en pijamas siempre que mantengas actualizado y atractivo tu perfil en las redes sociales. Como puedes ver flexibilidad en tu camino a seguir.

   Millennials son fascinados por involucrase  con proyectos progresistas y encuentran motivación al adquirir nuevas habilidades.

  Se entusiasman por un mundo abierto y siempre Beta, donde probar e invertir  algo inagotable en la única manera de crear algo nuevo.

  Millenials necesitan, más que nunca, sentirse autónomos y les encanta el desafío y crear colectivamente.

   Ellos pueden cambiar de dirección con rapidez y desapego.

   Se trata de vivir mejor el presente, sin la ilusión de que el futuro pueda ser controlado. Esto por una simple razón: quienes se adaptan mejor, pueden evolucionar con los cambios.

   Y si tú te sientes colmado por todo eso y estás buscando la respuesta correcta. Perdón, pero todavía hay otra pregunta para ti: ¿Estás haciendo lo que te apasiona en este momento? Entonces ¡Empieza!

  El reloj está sonando y tu vida tiene prisa. Descubre tu propósito en la vida y conviértelo en tu realidad. Amar tu trabajo te pone en movimiento. Es la única manera de tener tu vida plena todos los días"

Vamos por el oro

Al referirse a nuestra generación como la "Generación ORO" muchos suelen confundirnos con una banda de interesados que nacimos hace un pelo más de 30 años y sólo queremos ganar dinero a toda costa.

¡Equivocados! El ORO viene por alcanzar nuestras metas. Viéndolo desde la perspectiva de los nombres que están bateando duro para hacer historia, figuran el Padre de una Era: Mark Zuckerberg (no necesito presentarlo ¿cierto?) y su homólogo Jack Dorsey, quien a pesar de estar exactamente entre el rango de los 18 a 35 años (tiene 37 años) aún así marca un antes y un después con Twitter.

Si a esto le añadimos que somos jóvenes con causas, persiguiendo el bien común para satisfacer posteriormente el propio por reciprocidad -cumpliendo el sentido de la frase "Dar para recibir"- nos estamos tan alejados de saber ¿qué queremos y por qué? Sueños grandes, metas grandes.

De ahí lo que dicen "la GenY lo quiere todo para YA". Somos difíciles de impresionar y damos muchas cosas por sentadas. Uno de los motivos posiblemente sea porque mientras nosotros crecíamos, Bill Gates se cayó de su cama, dejó de dormir por meses, inventó Microsofft y el mundo se enredó en su red. Hasta que Steve Jobs emuló la historia de la manzana del pecado, la pintó de blanco y creó Apple.

Ahora la tecnología cubre gran parte de las invenciones, las redes sociales son casi nuestra partida de nacimiento. Y si tú no tienes un número celular...¿cómo llegaste a leer este post?

Esto, unido a poderes Xtra, de esos que solo "la juventud" permite -con los que se aguantan tres días de rumba seguida de "curda, cacique, sevillana...", nos lleva a marcar una línea de carrera para gritar ¡Vamos por el Oro!

Ya sea porque tienes ideas magnificas para compartir con el mundo, como lo hicieron Larry Page y Serguéi Brin con Google y los tres mosqueteros Chad, Steve y Jawed con el master Youtube (todos parte de los nuestros en la GenGold quieran o no) o simplemente gente que decidió venir el mundo "hacer lo suyo" y se fueron -muy lamentable- pero los queremos y recordamos como parte del equipo chicos. Caso Amy, Jorge, Heath, Cory, Paul, Simonsen, TaliaJoy18, Antonelli , Servi , Sanabria, Brittany, -otros que no recuerdo-

Keep calm and go for it!


Somos los que nos hacemos notar -no precisamente gritando- cuando las cosas no están bien, nos abrumamos con extrema facilidad y nadie nos comprende. Como adolescentes. Nuestra madurez gira entornos a la poca carga que queremos llevar encima y el punto exacto a no aferrarnos a nada -más que nuestros amigos, computadora y smartphone- Como adultos, nos preocupamos por una sociedad en evolución, el cuidado del planeta y las mejoras profesionales.

Gusto debería de darle a todo aquél con quien compartimos vida, pues aislarnos - y no me refiero a eso de no estar cerca de nadie sino rodeado de todo lo que nos gusta- eso es una fortaleza de nuestra edad. Sino es ahora, cuando crezcamos todo se irá.

El sonido de la voz líder y el ímpetu de la juventud mueve masas, apoya campañas políticas como "Yes, we can" y marca las tendencias. Tenemos un mundo que queremos comernos a pedazos, no reconocemos peligro y todo ya está dicho. Nos definen frases como: Imposible es nada, porque nosotros "sólo lo hacemos" y a la velocidad de un felino, que no necesita de slogan para capturar a otro lote de seguidores.

Del bando que se ejercita y come sano aunque sufrirá de túnel carpiano y estrés con los años. Del mismo equipo que acepta el matrimonio gay y reconoce mujeres como jefas de Estado. Del que escuchó a Michael Jackson sólo en cassettes y MP3 y lo vio morir como a MTV, tapiado bajo las series.

Somos de Shakira y sus pies descalzos, de los goles de Messi, de cuando no había Internet -personalmente no recuerdo casi nada de mi vida sin Internet o prefiero no hacerlo-. Son los de Friends paca'. Los que odiamos-amamos a las bandas pop y rock del momento.

Resultado de una era de los 80' 90' que aún tiene secuelas y no ha terminado. Ahora los resultados sí valen ORO. La era de la información está creciendo junto a la de la influencia y nuestra generación creció con ambas capacidades en medio.

La verdad es que nadie puede detener el espíritu del ave fenix -excepto los padres porque cuando nos regañan explotan en llamas, según Andrés López- que se desata en la "flor de la edad más perfect" y nos permite llegar a puntos ilimitados ¿con cuál fin? Demostrarle al mundo de lo que estamos hechos. Y pueda que sea de oro precisamente.

Escribir

     Y es que la pasión por escribir no se reprime, es como el viento. Al final, se impone ante cualquier circunstancia emocional o física para ponerte a teclear. 

     En tu cabeza migran palabras que se van hilando con una perspectiva clara de desahogo. Eso que en tu mente ya no puede estar archivado sin conocer el público y su opinión.

   Por ahí leí que era violar la cuartilla, poner a correr a la raya, manchar la hoja o simplemente: escribir

     Porque cuando lo haces cobra sentido el tema, cae de la nada las frases que componen tu ensayo ni tan pormenorizado de lo que fue un soplo de inspiración