¿Dónde estás? Me pregunto con frecuencia en esos tiempos cuando te extraño. Ese sentimiento de que quiero estar en tu compañía sin poder hacerlo me presiona una esquina de la vida.
¿Dónde te escondes? Nace en el instante cuando me cuestiono si estás ahí o es otra persona a quién también conozco pero no puedo abrazar. Tan distante, que aún fascinada al ver tu sonrisa en esplendor, al sumergirme en tu mirada y o derretirme por tu voz, nada pasa, nada sucede. Esa fuerza fugaz que derrumbe el muro invisible entre los dos.
¿Cuándo te veré? Me obligo a darle respuesta obligatoria a ésta en particular. Aunque me encantaría que fuese retórica, lamentablemente no lo es. Insisto, sí. Creo que más de lo que debería o te agrade. Sólo con la idea de que al verte no hayan distancias, como a veces pasa
¿Eres de verdad? Esta la hago poco y a solas. Es muy romántica como para tan si quiera pronunciarla. Y es en esos micro momentos, cuando tú eres tú, te acurrucas en mis hombros mostrado necesidad de cariño, que simplemente me hace dudar si es real o sólo fui yo quien se inventó todo.
¿Me quieres? Puntualmente ésta es tan novelera que jamás imaginé pudiese esperar una respuesta si llegase a hacerla. Por eso la borro. La execro al olvido para que nunca más aparezca. Temo que si yo pude crearla en mi mente, es porque sí lo siento. Me da miedo. Un miedo que prefiero evadir por el momento.