Y es que la pasión por escribir no se reprime, es como el viento. Al final, se impone ante cualquier circunstancia emocional o física para ponerte a teclear.
En tu cabeza migran palabras que se van hilando con una perspectiva clara de desahogo. Eso que en tu mente ya no puede estar archivado sin conocer el público y su opinión.
Por ahí leí que era violar la cuartilla, poner a correr a la raya, manchar la hoja o simplemente: escribir
Porque cuando lo haces cobra sentido el tema, cae de la nada las frases que componen tu ensayo ni tan pormenorizado de lo que fue un soplo de inspiración