Libros: Mi LSD en letras (One Day, Siempre el mismo día)

     Que leer me alegra la vida. Sí, lo admito. Es mi LSD  en positivo. Leo cualquier cosa e imagino. En mi mente, como en la de muchos aficionados a la lectura, abundan demasiadas imágenes fabricando esas historias que solemos comernos con los ojos.

     Hace algún tiempo no me enganchaba con libros. Tenía miedo de caer en la misma de pensar que los personajes existen, que los conozco y hasta que los extraño. Volvió a suceder.

     Fui víctima de "Siempre el mismo día (One Day)" por la película en primer lugar y luego por el libro. No me podía tragar toda esa vida de "Em y Dex, Dex y Em" En imágenes me acabó y en letras se tatuó en mi memoria.

     Por suerte encontré el PDF por internet y comenzó la adicción. Era como la droga que no consumía en mucho tiempo [desde Crepúsculo que no leía, lo lamento]

     Lo sé. Adoro las historias cursis, para chicas. Sobre chicos. Más allá, también me gustó la narrativa de David Nicholls, de quien no había oído hablar antes, y quedé encantada con su técnica. El empate sutil y la ruptura cronológica. A veces confusa, luego caes y continúas con la historia. 

     Si haces como yo, que vi la película, recomendada por un blog que no recuerdo pero prometo ubicar, le darás figura al pícaro Dexter Mayhew con el rostro de Jim Sturguess y la adorable Emma Morley lucirá como Anne Hathaway 

     Estos dos recién graduados de la universidad, un niño bonito y una chica seria, se unen para armar su propio amor de leyenda en Europa. Sus historias separadas y unidas por el teléfono, las cartas, el destino. Con las adicciones de un presentador de TV rondando un amor no declarado a viva voz por una escritora de libros. Siempre encendido, presente. E y D compartían la necesidad de estar juntos y nada más. Agua y aceite, arena y mar. 

     Dex me robó más de una sonrisa y montones de suspiros; Em me llenó de orgullo, impotencia y mucho ánimo para alcanzar los sueños. 

     Antes de dormir, mientras esperaba por cualquier cosa, en el metro, en los autobuses, leía siempre y feliz. Sí, los libros te llenan el espíritu, provocan el llanto y también las divagancias. Este en particular es una mezcla de dulce y amargo. 

Ahora me esperan otros autores [en PDF, reutiliza, reduce, recicla] ¿cuál historia abraza a tu marcalibros?