[Via |
"Quiero un mundo sin pimienta por favor ¡Ah! También con aceitunas y queso parmesano"
Ser experta culinaria es algo en lo que debo trabajar, y mucho, lo confieso. Para todo lo demás digo YO LO HAGO. Sí, así es como mi mamá me enseñó y hasta los momentos se me ha dado muy bien porque aprendo cosas nuevas en la práctica y ayudo al mismo tiempo.
Como todo, tiene sus límites, y es evidente que no voy a escalar el Everest tampoco. Diría que es una cuestión de disposición. Sí, algo de lo que muchos carecen y pocos desarrollan. "Os invito amigos míos' al mundo del todo se puede".
Porque sí, porque tengo ganas de comerme el mundo. ¿Quién dijo no? Lo siento, no aceptaré una negativa. Estoy en la edad de querer expandir los horizontes y si debo aumentar de peso por comerme al mundo, pues qué más da.
Dicen que todos pasamos por esta etapa, es cosa de jóvenes y también un "a los 30 se te pasará". No quiero esperar tanto para probar al menos un trozo del mundo. Me apunto a la lista de hambrientos esperando que el restaurante abra, el menú se publique y manden la cuenta.
¿Cuánto cuesta el plato? Porque siempre me preocupo por los precios (sorry, es cultura beca #TeamBecaRocks xD pronto dejará de importarme eso). Intentaré no pedir Coca-Cola porque estoy [estuve - quizás vuelva a estarlo] en período de rehabilitación -como las estrellas [las famosas, no las que brillan]-, con un batido de fresa bastará.
Prometo no ser muy exigente con el sabor, ni la textura. Puedo tomar un digestivo de ser necesario. En serio, quiero comerme el mundo ¿cuál es el problema? A estas alturas de la vida no creo que me dé acidez o úlcera.
Imaginarse cómo picar semejante esferita no es fácil, sólo resta arriesgarse.
Quiero comerme el mundo con todo: continentes, guerras, desastres naturales y humanidad.